El término estimulación cognitiva hace referencia a todas aquellas actividades dirigidas a mejorar el rendimiento cognitivo general o alguno de sus procesos y componentes, como por ejemplo la atención, la memoria o el lenguaje, ya sea en personas sanas como en pacientes con algún tipo de alteración o disfunción en el sistema nervioso central.
La estimulación cognitiva requiere que el paciente realice una serie de ejercicios, más o menos repetitivos, en los que se vea directamente implicada la función alterada, bajo el supuesto de que la red neural que participa en su ejecución estaría siendo entrenada y facilitaría, aceleraría y dirigiría la recuperación neuronal y los mecanismos de recuperación espontánea, lo que promovería la plasticidad neuronal e incluso la regeneración de neuronas.
Así, mediante juegos con programas informáticos, actividades de papel y lápiz, ejercicios de memoria y atención, entre otros, se pretendería restaurar la función del cerebro que está dañada o, en pacientes que tienen alguna enfermedad neurodegenerativa en los cuales es complicado rehabilitar la lesión, se trabajaría para ralentizar el progreso de la enfermedad.
¿Cuáles son los beneficios?
- Mantenimiento de la agudeza mental
La práctica regular de ejercicios que impliquen un reto cognitivo ayuda a preservar y mejorar las funciones mentales como por ejemplo la memoria, la atención, el lenguaje, la resolución de problemas y un largo etcétera.
- Prevención del declive cognitivo
La estimulación cognitiva contribuye a reducir el riesgo de deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento, ayudando a mantener una mente más ágil y funcional.
En pacientes con enfermedades neurodegenerativas como por ejemplo el Alzheimer o el Parkinson, la práctica de estos ejercicios puede ayudar a enlentecer el progreso de la enfermedad y mantener durante todo el tiempo posible, un funcionamiento del cerebro óptimo.
- Plasticidad neuronal
La participación en actividades que desafían la mente promueve la formación de nuevas conexiones neuronales, y esto es porque en la actualidad la neuroplasticidad es considerada el fundamento biológico en el que se sustenta la rehabilitación de funciones cognitivas perdidas causadas por una lesión cerebral. El entrenamiento o la estimulación de la actividad perdida sirve para la creación de nuevas vías de funcionamiento en el cerebro dañado, ya que la experiencia y el aprendizaje modifican y fuerzan la aparición de nuevas sinapsis en el cerebro.
- Mejora del estado de ánimo
La realización de ejercicios de estimulación cognitiva también puede tener un impacto positivo en el bienestar emocional, contribuyendo a reducir el riesgo de depresión y ansiedad en personas mayores.
- Fomento de la socialización
Muchas de las actividades de estimulación se realizan en entornos sociales, como por ejemplo talleres, así que no solamente se beneficia la mente, sino que también se promueve la interacción social, aspecto crucial para la salud mental en la tercera edad.
- Mejoras en la autoestima
El logro y superación de desafíos cognitivos pueden fortalecer la autoestima y la sensación de autoeficacia en personas con lesión cerebral.
Las actividades que se diseñan para ser utilizadas en programas o talleres de estimulación cognitiva están hechas para que además de suponer un reto para el cerebro, entretengan, diviertan y motiven a la persona que las está realizando.
En procesos de demencia o deterioro cognitivo asociado a la edad, frecuentemente se omite, o se desconoce, el entrenamiento mental y los beneficios que puede suponer. Mantener la mente activa ayudará a que la persona se mantenga funcional e independiente el máximo tiempo posible.
Bibliografía:
Anderson ND, Winocur G, Palmer H. Principles of cognitive rehabilitation. En: PW Halligan, U Kischka, JC Marshall, editors. Handbook of clinical neuropsychology (págs. 48-69). Oxford: Oxford University Press; 2003.
Weiller C, Rijntjes M. Learning, plasticity, and recovery in the central nervous system. Exp Brain Res. 1999; 128 (1-2): 134-138.
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